Armando Planchart Franklin: un legado forjado desde el silencio, el trabajo y la generosidad – Parte 4
Azier Calvo
mayo 1, 2022

Este ensayo, en doce entregas sucesivas, forma parte del esfuerzo de la Fundación Anala y Armando Planchart por difundir las múltiples dimensiones de Armando Planchart Franklin. Con estas entregas, pretendemos rescatar la historia de uno de los personajes que hizo posible la modernidad de Venezuela y su impacto en la obra arquitectónica de la capital

Todo empezará a ir mejor.

Se conocen Anala y Armando

 

El año 1934 tendrá particular importancia en la vida de Armando Planchart por dos razones: la primera es porque vive la etapa final de viajes constantes al interior del país trabajando para la Corporación Venezolana del Motor que lo convertirán en un muy eficiente vendedor de automóviles, destreza que desarrollará de manera muy exitosa a partir de entonces cuando se instale definitivamente en Caracas. La segunda es porque conoce a la que será su compañera de toda la vida: Ana Luisa Belén (Anala) Braun Kerdel (1911-2005).

Anala y Armando son presentados en la fiesta de graduación del hermano de ella, Carlos, aquel año de 1934, estableciéndose entre ambos desde ese momento una gran empatía hasta el punto de que un año después contraerán matrimonio.

Día del matrimonio

Matrimonio Anala y Armando

Hija de Carlos Braun Ceballos y Ana Luisa Kerdel Cortina, Anala fue la mayor de cinco hermanos. Le seguían en orden por edad Carlos Francisco, Isabel, Gustavo Francisco y Berta. Su padre era farmaceuta y su madre “una ilustrada dama que, entre otras cosas, le inculcó el amor por el arte, por la arquitectura e —importantísimo—, por las orquídeas” [1]. Los Braun Kerdel, ambos de ancestros alemanes y, por el lado paterno, provenientes de Hamburgo, estaban residenciados en el centro de Caracas en una casona con patio ubicada próxima a la esquina de Bolero[2], muy cerca del Palacio Presidencial de Miraflores, que anteriormente había pertenecido a Arturo Michelena [3].

Anala cursó estudios en el colegio Chaves, muy próximo a su casa. Se caracterizaba por ser una mujer inteligente, elegante y sencilla, por tener un carácter risueño y amable, muy agradable en el trato y de mucha amplitud en cuanto a sus preferencias. Pese a perder a su madre a los catorce años, fue una joven muy independiente con temple y espíritu pragmático que desarrolló su vida en la ciudad y, por tanto, sus predilecciones estaban muy influidas por ese hecho: “(…) le gustaba rodearse —junto con su hermana menor, Isabel— de artistas, músicos e intelectuales, como el escritor Arturo Uslar Pietri (futuro marido de Isabel), los pintores Armando Reverón y Alejandro Otero, el escultor Francisco Narváez, el arquitecto Carlos Raúl Villanueva (…)” [4].

Armando, por su parte, era amante del campo y de las actividades al aire libre, manifestando desde muy temprano su gusto por el cultivo de orquídeas, la cría de aves y la caza, en las cuales Anala siempre lo acompañó. Ambos mostraban su interés por el arte y la participación permanente en actividades culturales, frecuentando amistades y llevando adelante una intensa vida social [5]. Su círculo más próximo estaba conformado, además de la familia cercana, por “los Hernández-Ron, Enrique Julio Brandt, los Sucre, los Revenga, los Márquez Cañizales, Carlos Eduardo Frías, Eugenio Mendoza, Lope Mendoza, Carlos Enrique Machado, Alejo Carpentier, Herman Roo y los doctores Rafael y Martín Vegas” [6].

Anala y Armando, tras casarse en la Iglesia de San Juan Bautista, Plaza Capuchinos, el 8 de diciembre de 1935, día de la Inmaculada Concepción, y pasar su luna de miel en los Estados Unidos, se residenciarán durante un breve tiempo en la villa “Mi Rancho” de los abuelos paternos de ella en El Paraíso. En esta casa de “esbelto estilo neoclásico caribeño” que visitó innumerables veces desde muy joven, encontrará Anala muchas de las referencias que reaparecerán más adelante en Villa Planchart. Allí, según Hannia Gómez, “los Planchart empezarán a soñar con las casas que irán a construir para sí mismos la década siguiente” [7].

Patio de la casa de Anala

Patio de la casa de Anala

Eran momentos en los que los negocios de Armando empezaban a crecer y diversificarse. Se desempeñaba como dealer independiente dedicado a la venta de vehículos de la marca Chevrolet en un local situado de Mercaderes a Municipal en el centro de Caracas, asociado con Bernardo Siso [8].

El haber contraído matrimonio en 1935, les permitirá a Anala y Armando vivir como recién casados un período de crecimiento y apertura hacia la modernización que se acelerará tras el fallecimiento de Gómez y durante los mandatos de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, cuando además se irá abonando el camino hacia la democracia. De tal manera, la pareja disfrutará de ese clima que acompañó el buen sentido para los negocios que desarrollará Armando, así como del crecimiento económico y en la escala social que ello conllevó. Se podría afirmar que Anala le imprimió a Armando el empuje complementario para lograr el éxito como empresario que terminó alcanzando.

Anala y Armando

Anala y Armando, años 30

De ser en principio un matrimonio apegado a esquemas tradicionales, a medida que pasó el tiempo irán cambiando sus gustos hacia un estilo de vida más contemporáneo. Hannia Gómez lo ilustrará refiriéndose a que, mientras los concesionarios de Armando mostraban flamantes autos de lujo cada vez más grandes y más modernos que cambiaban año a año “con la misma velocidad que mutaba el gusto de la época”[9], paulatinamente, “…en la intimidad del hogar, Anala Planchart traducía este hollywoodense desfile de estilos automovilísticos en el desapego gradual de todo vestigio de la ciudad provinciana y neocolonial del pasado, dramáticamente representado en la lista de sus regalos de boda: desechaba los pesados y oscuros muebles de caoba insertados de cuero repujado, regalaba los floreros rococó, vendía los óleos de paisajes inidentificables con marcos eclécticos, desterraba al último cajón la platería de filigrana y se deshacía a toda prisa de todo espejo biselado y de todo dorado pseudo-renacentista” [10]. Serán momentos en que Anala y Armando empezarán a ser asiduos lectores de la revista Domus, fundada y dirigida desde 1928 a 1941 y luego entre 1948 y 1976 por Gio Ponti.

Lo señalado por Gómez se verá a su vez reflejado en las casas que fueron construyendo y habitando durante su matrimonio, hasta que deciden realizar de la mano de Gio Ponti “El Cerrito” [11]. Así, alrededor de 1937, levantarán la quinta “Guari” en la avenida Los Pinos de la Alta Florida “una casa art déco muy bella, con piscina, concebida por mi tía Anala que tenía dotes de arquitecto (…)”.

Quinta Guari Quinta Guari

“Posteriormente la compró el Colegio Agustín Codazzi y allí, tras derrumbarla, construyeron en el amplio terreno las instalaciones del colegio” [12] . Luego edificarán en 1945 una casa de playa: “Churuata”, de corte definitivamente funcionalista, para la que contaron con la asesoría del ingeniero Pedro Agustín Dupouy (quien luego tuvo a su cargo el proyecto del edificio CARS), ubicada en Caraballeda en un terreno que formaba parte de la urbanización Caribe desarrollada por Bernardo Siso (quien, como ya dijéramos, fue socio de Armando) junto a Carlos Heny y trazada por Manuel Mujica Millán [13].

villa-planchart-quinta-churuata

Quinta Churuata

Lo anterior, que demuestra a las claras y desde muy temprano una manifiesta relación de la pareja con la arquitectura, irá acompañado, como ya señalamos, de una evolución en sus gustos hacia un decidido vanguardismo.

El proceso de desapego al que nos hemos referido, verdadero testimonio de cómo se fue borrando poco a poco el espíritu tradicional presente en la decoración de las casas ocupadas durante su primera etapa de matrimonio, hasta que aparece la influencia de la revista Domus, llevó a Anala y Armando a adquirir muy variados objetos procedentes de otras partes del mundo. Simultáneamente, irán tomando cuerpo sus hobbies particulares, llegando Armando a coleccionar cerca de 2000 plantas de orquídeas en “Guari” y a dar inicio a la cría de aves en “Churuata”, y también los compartidos (la colección de arte y los viajes alrededor del mundo). Se cultivará entonces una total sintonía con una modernidad de la que Caracas fue punta de lanza.

Como un dato al margen, pero no de poca importancia, por esas casualidades de la vida existen dos coincidencias entre Armando Planchart y Arturo Uslar Pietri quien, para cuando el primero contrae matrimonio con Anala, comenzaba a despuntar como importante hombre público y escritor. La primera es que ambos nacieron el mismo año (1906) y la segunda, quizás más relevante, es que los dos se casarán con dos de las hermanas Braun Kerdel, correspondiéndole a Uslar hacerlo con Isabel en 1939, cuatro años después que lo hicieran Anala y Armando. Ese mismo año —y hasta 1941—, Uslar se convirtió en Ministro de Instrucción Pública del gobierno de López Contreras. Intervendrá en 1943 en la fundación del Partido Democrático Venezolano y fue diputado del Congreso a partir de 1944. Tuvo una activa participación en el gobierno de Isaías Medina Angarita entre 1941 y 1945, siendo nombrado secretario de la Presidencia (1941-1943), ministro de Hacienda (1943) y ministro de Relaciones Interiores (1945). También vale la pena recordar que lo acompañó en el momento en que fue derrocado, en octubre de ese mismo año [14].

Medina y su gabinete

Medina y su gabinete

Esta proximidad entre ambos matrimonios (los Planchart-Braun y los Uslar-Braun) se tradujo en la coincidencia en numerosos eventos familiares y sociales y en la introducción de Armando en el medio como proveedor de automóviles, tanto para la alta burguesía como para los gobiernos de turno, situación que irá fortaleciendo a través de los años.

También, en la medida que aumentaba su patrimonio, Armando Planchart tendrá la oportunidad, ya desde aquellos años, de desarrollar sus cualidades filantrópicas y un mecenazgo que pondrá en práctica a través de diferentes medios y en diversas oportunidades. Además, quizás por el hecho de no haber tenido hijos, Anala y Armando desplegaron una particular predilección por acobijar generosamente a algunos miembros de la familia [15].

Durante la primera década de matrimonio, ya Armando Planchart se había convertido en representante exclusivo de Cadillac, Chevrolet y LaSalle, llegando a alcanzar muy altas facturaciones anuales. De tal manera, a medida que los concesionarios de Planchart cambiaban de sede, construcciones que además “serían … cada vez más grandes y más modernas” [16], Armando empezaba a comprometerse con el ornato de la ciudad y a soñar con tener un edificio que trascendiera a los anteriores por la calidad de su arquitectura.

 

[1] Hannia GÓMEZ, “L’orchidea-farfalla I. Cerrito”, En: Desde la memoria urbana, 7 de febrero de 2008. Ubicable en https://hanniagomez.blogspot.com/2008/02/villa-planchart-i-cerrito.html.
[2] Según telegrama que reposa en los archivos de la Fundación Anala y Armando Planchart, fechado el 17 de diciembre de 1934, enviado desde El Socorro por Armando Planchart a su novia Anala Braun cuando se encontraba seguramente en uno de sus viajes al interior del país, la dirección que aparece es “Bolero a Pineda 11” que presumimos es la dirección correcta de la casa de los Braun Kerdel en el centro de Caracas. Este dato contradice el manejado por Hannia Gómez quien afirma que “la casa de los Braun-Kerdel…estaba situada… entre las esquinas de Llaguno y Bolero”. Hannia GÓMEZ, El Cerrito…, op. cit., p. 73.
[3] Hannia GÓMEZ, op. cit. p. 74. La casa de los Braun Kerdel fue una de las tantas que se vio afectada cuando se realizó la ampliación de la avenida Este-Oeste 1 que sería reinaugurada en 1953 como avenida Urdaneta.
[4] Hannia GÓMEZ, “L’orchidea-farfalla I. Cerrito”, op. cit. Anala, habría que recordarlo, era prima del fotógrafo y cineasta Alfredo Cortina.
[5] Armando Planchart, por su parte, fue un excelente fotógrafo. Tenía una buena colección de cámaras y un laboratorio de revelado que lo acompañó siempre en las viviendas propias que ocupó.
[6] Carlos Armando FIGUEREDO PLANCHART, “Conversación”, op. cit.
[7] Hannia GÓMEZ, op. cit. p. 76.
[8] También de Mercaderes a Municipal, pero en la acera de enfrente, se ubicará la primera sede de ARS Publicidad fundada por quien desde entonces sería su entrañable amigo Carlos Eduardo Frías.
[9] Hannia GÓMEZ, “L’orchidea-farfalla I. Cerrito”, op. cit.
[10] Ibídem.
[11] Ver en este sentido el capítulo “Éxodo hacia la modernidad: las casas de los Planchart” en Hannia GÓMEZ, op.cit. pp. 71-86.
[12] Carlos Armando FIGUEREDO PLANCHART, “Conversación”, op. cit.
[13] De lo que se recoge en Iván GONZÁLEZ VISO, María Isabel PEÑA y Federico VEGAS, Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, Junta de Andalucía/Universidad Central de Venezuela, 2015, p. 545, Siso durante la década de 1940 adquiriría en sociedad con Carlos Heny (urbanizador de Campo Alegre) la Hacienda Juan Díaz en el Litoral Central, lo que posteriormente daría pie al desarrollo de los clubes Tanaguarena (de playa) y Caraballeda (de golf) y la urbanización Caribe cuando ya Siso había quedado como único propietario. Es en Tanaguarena donde Armando Planchart compraría un lote de terreno y construiría su casa de fin de semana “Churuata” donde tendría como vecino a su concuñado Arturo Uslar Pietri.
[14] “La relación entre Armando Planchart y Arturo Uslar Pietri fue muy estrecha, se querían muchísimo no sólo porque sus esposas eran hermanas sino también porque vivían relativamente cerca y compartían vida familiar”. Carlos Armando Figueredo Planchart, “Conversación”, op. cit.
[15] Eduardo CASANOVA, “Armando Planchart”. Ubicable en https://www.facebook.com/1076447687/posts/10221888346612593/. Aquí Casanova apunta: “Armando y Anala no pudieron tener hijos, y volcaron toda su generosidad en sus conocidos, especialmente en sus sobrinos y sus ahijados, y hasta en los amigos de sus sobrinos y sus ahijados”.
[16] Ibídem.